Blogueante, bloguista, blogueador o bloguero

Ahora que existen categorías para todo -ese afán de querer ordenar la naturaleza en segmentos de fácil manejo-, uno no podría quedarse con las ganas de proponer un sistema de clasificación que obedezca a los juicios y cánones propios. Así, (y aquí es donde se empizan a escuchar las trompetitas) propongo una nomenclatura con la que se podría ir distinguiendo a los tipos potenciales de redactores de blogs de acuerdo al nivel de compromiso con el que realicen su labor:

El blogueante sería aquel miembro de la familia de los redactores de blogs -la categoría regente- que subordina cada una de sus impresiones cotidianas no ordinarias a la pregunta: ¿esto podría postearlo en mi blog? Por tanto, su vida se ha circunscrito parcialmente a este oficio. Adquiere el apelativo de blogueante, porque el ímpetu de bloguear en él es nato, pero no encontraba modo de vertirlo hasta que apareció el blog. Como tal, la principal característica de su trabajo es que propone nuevas y variadas formas para producir contenido interesante de forma regular sin una gran inversión de esfuerzo intelectual.

El bloguista se encuentra en un nivel inferior. Es un redactor de oficio que ha venido cultivando su labor; por eso, ahora que encuentra un espacio apropiado en la red, lo explota. Sin embargo, nunca alcanzará la fecundidad y soltura del blogueante, ya que su intención, por encima de todo, no consiste en mostrar la singularidad del mundo, sino en ejercitar sus dotes lingüísticos y creativos. Su trabajo se lee, sin embargo, con interés y hasta agrado, ya que está bien hecho. El bloguista se crea, el blogueante, nace.

El blogueador, sin caer en el extremo más bajo de nuestras categorías, no pretende ejercitar su creatividad, ni mostrarnos su punto de vista. Él ha accedido al mundo del blog por imitación y, por tanto, ni encuentra en esta práctica la satisfacción ni muestra la potencialidad necesarias. Esto no lo excenta de que algunos de sus posts alcancen el virtuosismo del bloguista, nunca del blogueante. Su categoría de valor es él mismo, por tanto, cualquier contenido será un ejercicio de autocomplacencia que pocos encontrarán agradable o significativo.

La última categoría pertenece al oscuro personaje que es el bloguero. Ha ingresado al ámbito por accidente (una vez encontró un blog, comentó en él y luego le pareció que el oficio era en realidad simple, abrió su propio blog y posteó algo, pero no se le leyó ningún otro artículo en semanas o hasta meses). Representa el límite entre un redactor de blogs y una persona común y corriente, por eso se ha escogido para él una palabra que está en el linde de sustantivo y adjetivo -ya que no efectúa la labor de bloguear en toda su magnitud, sólo se enviste con ella-. Se le considera dentro de estas categorías no por su valor, sino por su sola presencia.

¿A qué categoría perteneces tú?

2 anotaciones motivantes:

Mme. Carroll dijo...

¡Qué pregunta, padre, qué pregunta!

Blogueante soy, sin duda. ¡Y creo que tú también! Neta no puedo vivir sin blog.
Blogger for life!

beno dijo...

Pues yo soy bloguero... y soy de costa rica, tons soy el bloguero tico, ¡oh sí!...



Mmmm... eso sonó interesante... vuelvo después, tengo que ir a crear un blog erótico, oh sí!